REDUCCIÓN DE DEUDA PÚBLICA MUNICIPAL PASA POR VOLUNTAD POLÍTICA
La generalidad de quejas cuando un nuevo gobierno municipal toma las riendas administrativas en sus alcaldías, es que la administración pasada en lugar de dinero en la tesorería solo les ha dejado saldos rojos y muchas deudas en sus cuentas financieras.
Ante esas decisiones políticas de gobiernos anteriores, las municipalidades han venido adquiriendo cada año una millonaria deuda pública a nivel nacional que según las cuentas del Ministerio de Hacienda, solo al 31 de diciembre de 2015, ascendió a un monto de $496, 637,200. Comparando las cifras con el 2014 el aumento de la deuda de los municipios fue de $41, 336,400; es decir 9.1 % más, y en el 2017 las deudas municipales si bien aumentaron, fue para desarrollar obras en los territorios locales.
El aumento en la deuda pública se disparó en los últimos períodos edilicios en gran parte por las deudas que encuentran las nuevas administraciones y que les induce a adquirir nuevas deudas. No es para menos, los escasos fondos económicos en las arcas municipales para satisfacer la demanda de políticas públicas o cumplir con las plataformas de campaña, provoca que el endeudamiento público de las alcaldías se convierta en una de las principales alternativas para financiar los diversos proyectos de desarrollo local.
No obstante hay que reconocer que cuando las decisiones de desarrollo local se hacen sin un presupuesto balanceado, sin planes de inversión local mediante la participación ciudadana, la deuda pública deja de ser una herramienta útil de financiamiento y se convierte en un abuso cíclico de más problemas económicos para el gobierno local en turno y venideros.
Por eso para que las políticas públicas municipales sean sostenibles es necesario la participación ciudadana en el diseño, ejecución y evaluación de los proyectos, pues son los líderes comunales quienes junto a sus gobernantes edilicios deben diagnosticar las capacidades y potencialidades locales que logren un mejor y competitivo desarrollo y principalmente que justifique su deuda pública.
¿Qué otros motivos endeudan a los municipios? hay que decir también que es evidente que los municipios se empeñan en contraer empréstitos mayores por no asumir el costo político de aumentar las tasas y otras recaudaciones municipales ante los bajos ingresos fiscales que por lo general tienen las alcaldías, todos asumen que esa decisión política les impedirá seguir gobernando, principalmente hoy que son concejos municipales pluripartidarios, es decir, “pesa más la valoración política que la técnica”.
Pero al fin y al cabo el endeudamiento es una facultad de los municipios que sumado a la transferencia de fondos del estado como el FODES, se vuelven el rescate financiero para muchas municipalidades. Sin embargo, este recurso al ser retrasado también por el Ministerio de Hacienda como ocurre actualmente, a las alcaldías les causa afectaciones, provocando que como salida busquen créditos con particulares, hipotequen algunos patrimonios y por ende aumenten su endeudamiento.
Si bien el endeudamiento público municipal es preocupante, no es correcto de parte de algunos diputados y Ministerio de Hacienda acusar a los alcaldes de irresponsables, de no saber administrar o ser incapaces en la ejecución de obras. Por el contrario para comprenderlos hay que ponerse en sus zapatos y tener voluntad política para hacer algo que les ayude a salir de sus hoyos financieros.
¿Quiénes darán los primeros pasos? el ISDEM en marzo de 2016 lanzó una línea de créditos, para ayudar a las alcaldías con intereses más bajos que la mayoría de instituciones financieras; pero además hace casi tres años se presentó a la Asamblea Legislativa una solicitud de reforma que permita no solo créditos para proyectos municipales, sino también para la consolidación de deudas.
Hasta hoy los diputados 2015-2018 no han dado esa respuesta positiva que esperan ansiosos los alcaldes. En esa piscina legislativa está un salvavidas, veremos si los nuevos y reelectos legisladores tienen el interés y voluntad política de rescatar a sus munícipes consolidando y reduciendo la deuda pública.